Raúl Scalabrini Ortiz
Su rigurosa labor intelectual sentó las bases del pensamiento nacional. Apasionado investigador de los mecanismos de dominación colonial británica en la Argentina, historiador, filósofo, periodista, poeta y ensayista, fue amigo de Arturo Jauretche y Homero Manzi, creadores de FORJA, a la que se sumó cuando esa agrupación se desvinculó del radicalismo. Integrante de las vanguardias literarias de principios del siglo, autor de un muy premiado y popular ensayo, "El hombre que está solo y espera", "La manga", "Tierra sin nada, tierra de profetas", "Política británica en el Río de la Plata", "Historia de los ferrocarriles argentinos", "Bases para la reconstrucción nacional", fue el gran impulsor de la nacionalización del sistema ferroviario y, tras el derrocamiento de Perón, de los primeros en asumir su defensa, si bien en ningún momento había integrado su gobierno ni recibido al menos parte del reconocimiento de que era acreedor. Fundador del periódico Señales y del efímero diario Reconquista, autor de varios Cuadernos de Forja, colaboró también en El Líder, El Federalista, De Frente y Qué, desde la que apoyó la candidatura presidencial de Arturo Frondizi y a la que renunció a raíz de las concesiones petroleras a las empresas extranjeras. Decepcionado y gravemente enfermo, se mantuvo alejado de toda actividad pública hasta el momento de su muerte, ocurrida en Buenos Aires el 30 de mayo de 1959.
10 frases célebres de Scalabrini Ortiz
[1] "Nuestra liberación será obra…
de nuestra constancia, de nuestra fe y de nuestro valor. Saber que se está construyendo una patria es un estímulo bien grande para nuestras pequeñas vidas. Más no olvidemos que toda obra grande es producto de la acción, no de la meditación ni de la esperanza. La propiedad y la libertad se conquistan”. (En Política Británica en el Río de la Plata, 1940)
[2] "Luchar es…
en cierta manera sinónimo de vivir. Se lucha con la gleba para extraer un puñado de trigo. Se lucha con el mar para transportar de un extremo a otro del planeta mercaderías y ansiedades. Se lucha con la pluma. Se lucha con la espada y el fusil. El que no lucha se estanca, como el agua. El que se estanca, se pudre”. (En Qué, 1º de octubre de 1957)
[3] "El pueblo escucha,…
mira, coteja y continúa en silencio su tráfico habitual. El pueblo tiene esos desplantes de gran señor, porque la conciencia del pueblo sabe adonde va aunque lo ignore cada uno de los individuos que lo componen”. (En Noticias Gráficas, 24 de junio de 1931)
[4] "En 1930 yo había alcanzado…
el más alto título que un escritor puede lograr con su pluma: el de redactor de “La Nación”, cargó que renuncié para descender voluntariamente a la plebeya arena en que nos debatimos los defensores de los intereses generales del pueblo”. (En Qué, 1957)
[5] "Estos asuntos de economía…
y finanzas son tan simples que están al alcance de cualquier niño. Solo requieren saber sumar y restar. Cuando usted no entiende una cosa, pregunte hasta que la entienda. Si no la entiende es que están tratando de robarlo. Cuando usted entienda eso, ya habrá aprendido a defender la patria en el orden inmaterial de los conceptos económicos y financieros”. (En Bases para la Reconstrucción Nacional, 1965)
[6] "Hay que volver a la realidad…
y para ello exigirse una virginidad mental a toda costa y una resolución inquebrantable de querer saber exactamente como somos”. (En Tierra sin nada, tierra de profetas -poesías y ensayos-, 1946)
[7] "Todo lo que nos rodea…
es falso e irreal, falsa la historia que nos enseñaron, falsas las creencias económicas que nos impusieron, falsas las perspectivas mundiales que nos presentan, falsas las disyuntivas políticas que nos ofrecen, irreales las libertades que los textos aseguran”. (En Política Británica en el Río de la Plata, 1940.)
[8] "Las tentativas de conquista…
de 1806 y 1807 fueron errores de algunos marinos y guerreros… para eludir la responsabilidad de los verdaderos instigadores, la historia argentina adopta ese aire de ficción en que los protagonistas sin relación con las duras realidades de esta vida. Las revoluciones se explican como simple explosiones pasionales y ocurren sin que nadie provea fondos, vituallas, municiones, armas, equipajes. El dinero no está presente en ellas, porque rastreando las huellas del dinero se puede llegar a descubrir los principales movilizadores revolucionarios”. (En Política Británica en el Río de la Plata, 1940)
[9] "Actualmente el pueblo argentino…
va saliendo de ese marasmo satisfecho en que se lo había hundido… Está analizando, azorado, su realidad y verifica que sus dirigentes han colocado, poco a poco, a la república en condición de una factoría. Pero ante este nuevo estado de espíritu popular, el capital extranjero no permanece inerme… Se ordena y cohesiona para seguir asegurando sus privilegios. Para ello es indispensable coartar la voluntad del pueblo, ahogar la opinión y establecer un gobierno de fuerza y selección… La selección se efectuará naturalmente entre los allegados al capital extranjero que son los poseedores del prestigio social que da el dinero…lo económico tiene hoy primacía sobre todos los órdenes. Lo extranjero en esta tierra no es el hombre. El extranjero que aquí vive y se multiplica es hermano e igual al argentino. Lo extranjero aquí es el capital esclavizador y lo que no vaya contra él, está a su favor”. (En Última hora, 18 de diciembre de 1933)
[10] "La riqueza en tanto capacidad…
de acción, poder, independencia, voluntad y aún espíritu, no es riqueza de estas tierras. Es riqueza particular de los capitalistas extranjeros, así como el valor económico, político o social de las cosechas son del propietario y no del peón que las sembró, cuidó y cosechó”. (En Señales, 8 de mayo de 1935)
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