domingo, 18 de marzo de 2012

18 de marzo: Día del trabajador telefónico


Hoy 18 de marzo se celebra el día del telefónico, en conmemoración al homónimo día de 1948 cuando el General Juan Domingo Perón nacionalizó la prestación del servicio en el territorio nacional.



Nos proponemos contar, resumidamente, la historia de la telefonía en el país, haciendo hincapié en la nacionalización de este servicio que tuvo lugar bajo la presidencia de Juan Domingo Perón.


 Los comienzos

La primera comunicación telefónica se obtuvo en el año 1876 en Estados Unidos, en la ciudad de Boston. Dos años después, en nuestro país, se realizaron los primeros ensayos de comunicación telefónica con aparatos construidos en Buenos Aires.

La explotación del servicio con carácter permanente y comercial se inició en el año 1881 cuando en la ciudad de Buenos Aires se concedieron las primeras autorizaciones para la instalación de teléfonos a tres empresas extranjeras –dos europeas y una norteamericana. El primer teléfono fue instalado en la residencia particular del entonces Ministro del Interior Dr. Bernardo de Irigoyen; el segundo en la residencia del Presidente de la Nación Julio A. Roca; y el tercero en la casa del Presidente de la Municipalidad Marcelo T. de Alvear. Hubo que esperar hasta 1929 para conseguir el primer enlace telefónico entre Argentina y Europa.

En la historia de la telefonía fija en la Argentina se distinguen tres momentos claves: el primero, promediando el siglo XX, marcado por el ingreso del Estado en el mercado de la telefonía como el principal proveedor del servicio; el segundo momento determinado por la privatización del servicio hacia 1990; y el tercero, a finales de siglo, caracterizado por la apertura total del mercado de telecomunicaciones.


 La Administración Estatal

Perón y los telefónicos

El 18 de marzo de 1948, Perón firma los convenios que incorporan a los teléfonos al patrimonio del Estado, a través de la EMTA (Empresa Mixta Telefónica Argentina), que un año más tarde sería reemplazada por Teléfonos del Estado, luego de que el gobierno peronista constatara el nulo interés de los empresarios de invertir en el negocio. Es un momento cumbre en la historia de la telefonía y del devenir de los trabajadores. Será, además, el inicio de la etapa más extraordinaria de la telefonía argentina: en pocos años, Argentina se consolidará como un líder absoluto en América Latina en prestación del servicio telefónico.

Desde entonces, el gremio telefónico comienza su recuperación. El 20 de abril de 1950 se crea la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina (FOETRA), que obtiene la personería gremial el 16 de junio de ese año. La normalización de las organizaciones gremiales telefónicas se completa con la elección del primer Consejo Directivo Central de FOETRA, que tenía a Jesús Arias como presidente, a Oscar Cheroni como vice y a Raúl Carou como secretario. Con la caída de Perón, se producen cambios dramáticos para el gremio y para la empresa.


Creación de ENTEL y la resistencia peronista

En enero de 1956, la Revolución Libertadora crea la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTel). Los dirigentes telefónicos de extracción peronista son perseguidos y encarcelados y el sindicato queda en manos de militantes de izquierda aliados de la dictadura. Sin embargo, la resistencia peronista comienza a organizarse y en 1957, el gremio telefónico vive una de las páginas más gloriosas de su historia. Contra todas las dificultades, lleva adelante una huelga por mejoras salariales que conmueve al país y promueve la participación de otros sindicatos. Los trabajadores telefónicos son reprimidos y el sindicato pierde su personería gremial.

Aún así, los trabajadores continúan su lucha y, pese a que finalmente terminan las acciones por la presión del gobierno, dejan claro que –aun en un tiempo en el que los trabajadores se enfrentaban a un gobierno enemigo de sus aspiraciones- era posible plantear un escenario de enfrentamiento y lucha por los derechos obreros. En 1958, comienza la normalización del sindicato, que se va a perfilar, desde entonces, como una organización de claro perfil combativo. Asimismo, se crea FOETRA Buenos Aires, que comienza a tener un rol protagónico en las luchas telefónicas. Juan José Jonch, Agustín Cuello, Allan Díaz y Héctor Mango son algunos de los referentes de diez años de lucha en varios frentes. Por un lado, contra las dictaduras y los sucesivos intentos de romper la unidad del sindicato a través de organizaciones pretendidamente gremiales, manejadas por la patronal y destinadas a minar el espíritu de lucha de los trabajadores. Por el otro, son los trabajadores telefónicos protagonistas en el esfuerzo por conseguir el regreso de Perón y en los enfrentamientos internos de la CGT.


 Privatización del Servicio Básico Telefónico

En 1989 inició el proceso de privatización de ENTEL, en un contexto de creciente demanda de servicios de telecomunicaciones y de necesidad de desarrollo de infraestructura e inversiones. Ese año el Presidente Carlos Menem intervino la empresa, mientras que el Congreso Nacional, a través de la Ley de Reforma del Estado (Nº 23.696), la declaró sujeta a concesión y a privatización.

Después de más de 60 años de administración privada y extranjera y 44 años de administración estatal, en 1990 la red de telecomunicaciones volvió a estar en la órbita del sector privado.

A través del Decreto 62/90 se llamó a Concurso Público Internacional para la privatización del servicio público de telecomunicaciones. Para ello, se dividió la red telefónica en dos áreas geográficas: norte y sur. Como resultado de la licitación, en noviembre de 1990, se adjudicó la zona sur a la española Telefónica y la zona norte a Telecom de Francia, en sociedad con la STET de Italia, operadoras estatales en sus respectivos países de origen. Los contratos concedieron licencias que implicaban un permiso exclusivo para prestar el SBT por el período de siete años, prorrogable por tres años más condicionados al cumplimiento de determinadas metas del pliego de condiciones (metas de inversiones, de instalación de líneas y teléfonos públicos, de reducción del precio de conexión y de los tiempos de demora en la reparación de averías, digitalización de la red, entre otras).

Los servicios excluidos de la telefonía básica, como la telefonía celular y la transmisión de datos, se ofrecerían bajo licencias a través del procedimiento de oferta pública competitiva. Además se permitió la continuidad de la prestación de servicios telefónicos de alrededor de 300 Operadores Independientes -en la mayoría de los casos de pequeñas y medianas cooperativas- que brindaban dichos servicios en forma independiente y que por tanto no fueron objeto de la privatización.

 Situación actual

El período de exclusividad finalizó en noviembre de 2000 cuando, mediante el Decreto 764/2000, se estableció un nuevo marco regulatorio para la prestación de los servicios de telecomunicaciones.

Desde entonces el SBT es brindado por tres tipos de prestadores: Prestadores Históricos (Telecom y Telefónica), Operadores Independientes (cooperativas locales y municipios que brindaban el servicio desde antes de su privatización) y los Prestadores Entrantes (empresas y cooperativas que comenzaron a prestar el servicio una vez finalizado el período de exclusividad).




Si bien no se vislubra por éstos momentos una intención de nacionalizar el servicio de las telecomunicaciones, manifestamos nuestro deseo de que en un futuro se debata el tema y se lleve a cabo la estatización del servicio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario