jueves, 24 de mayo de 2012

Cámpora al gobierno: 25 de Mayo de 1973


Cámpora al gobierno, Perón al poder

Héctor Cámpora había sido recientemente designado por Perón como su delegado personal. Contaba con el apoyo y la simpatía no sólo de la JP -que lo había apodado cariñosamente "el Tío"- sino también de sectores más amplios del espectro político y social que pugnaban por una transformación económica y social atenta a las demandas de los sectores populares y del capital industrial nacional. Finalmente, es probable que no pocos hayan pensado en el gobierno de Cámpora tan sólo como un período transicional hacia un gobierno encabezado por el propio general Juan Domingo Perón.

En las elecciones del 11 de marzo de 1973, la fórmula Cámpora-Solano Lima triunfó sin mayores sorpresas con el 50% de los votos. El 25 de mayo, Héctor Cámpora asumió la Presidencia de la Nación en un clima de intensa algarabía popular. "Se van, se van y nunca volverán" era la consigna coreada en las calles por las multitudes que, sabiendo que la movilización popular había forzado la salida de los militares del gobierno, festejaban el fin de la dictadura y, en su mayoría, el retorno del peronismo al poder después de 18 años de proscripción.

Audio: fragmento del discurso de asunción al mandato presidencial (Clic en la foto)


La primavera camporista

Gran parte de la izquierda no peronista también se sumó a los festejos. La llegada de Héctor Cámpora al poder parecía anunciar la inminencia de un tiempo de transformación social que pondría fin a los privilegios económicos y a la dependencia del capital extranjero. La hora del cambio y de la "liberación nacional" se acercaba. La presencia del presidente chileno, Salvador Allende y del cubano, Osvaldo Dorticós -en representación de las dos experiencias socialistas del continente- reforzaban el clima del evento. Y, como constatación de su inmenso poder y del carácter popular del nuevo gobierno, esa misma noche una enorme multitud se dirigió a la cárcel de Villa Devoto imponiendo de hecho la liberación inmediata de todos los presos políticos, en su mayoría dirigentes sindicales y militantes de las organizaciones guerrilleras. La liberación fue acompañada, casi simultáneamente, por la firma de un indulto presidencial (días después, el Congreso aprobó una Ley de Amnistía). El 25 de mayo de 1973 fue, sin lugar a dudas, una jornada histórica.

Audio: Salvador Allende habla luego de la asunción de Héctor Cámpora (clic en la foto)


Este clima de festejo se prolongó durante todo el gobierno de Héctor Cámpora, convirtiendo a este período en una verdadera "primavera" para importantes sectores de la población. Las expectativas de la Juventud Peronista -actor político clave de este proceso- se vieron satisfechas en gran medida; puesto que el peronismo de izquierda y sus simpatizantes -nucleados alrededor de lo que se llamó La Tendencia- ocupó espacios institucionales de importancia: varias bancas en el Congreso, varias gobernaciones, algunas de ellas muy importantes, como Buenos Aires, Córdoba y Mendoza; dos o tres ministerios y las universidades, que fueron la gran base de movilización de la JP. En áreas como la salud y la educación se impulsaron distintos proyectos que tenían a los sectores populares como principales beneficiarios. En términos generales, se esbozó una política económica más atenta a las demandas de los asalariados y excluidos y caracterizada por una mayor regulación estatal de las relaciones entre capital y trabajo.

La llamada "primavera camporista" habría de durar tan sólo 49 días. Tras el tan ansiado regreso definitivo del general Juan Domingo Perón a la Argentina (en junio de 1973) y el enfrentamiento entre distintos grupos del peronismo que culminó en una masacre perpetrada desde la derecha en el aeropuerto de Ezeiza -donde una masa multitudinaria encabezada por las distintas agrupaciones de la JP había ido a recibir al líder-, Héctor Cámpora renunció el 13 de julio.

Aunque no todos los actores sociales y políticos pudieran vislumbrarlo así, comenzaba el fin de esta "primavera" y el inicio de un nuevo período signado fundamentalmente por una acelerada agudización de los conflictos entre la izquierda y la derecha peronistas. En este delicado escenario, la persistencia de la actividad armada de la principal organización guerrillera no peronista -el PRT-ERP- contribuiría a la agudización de los conflictos políticos.


La renuncia

 
El 13 de julio de 1973, el presidente de la República Héctor José Cámpora y el vicepresidente Vicente Solano Lima, presentaron las dimisiones incondicionales a sus cargos, ante el Congreso Nacional.

Entre los fundamentos de su renuncia, el Dr. Cámpora manifestaba lo siguiente. “El anhelo profundo y enraizado en el alma del pueblo argentino, no era ni es otro que el de restituír al general Perón, el mandato que le otorgara años atrás y del que fue injustamente desposeído… Ahora que el general Perón está definitivamente en el suelo patrio, ese deseo del pueblo debe tener ocasión de manifestarse sin vallas, ni limitaciones de ninguna especie.” También puntualizaba que presentaba la renuncia “para posibilitar el reencauzamiento de un proceso que fue distorsionado por la incomprensión, cuando el Frente Justicialista de Liberación se vio privado de postular como candidato a la primera magistratura de la Patria, al general Perón, voluntad irrebatible de todo el pueblo argentino.”
En tanto que el Dr. Vicente Solano Lima expresó: “Presento a vuestra honorabilidad mi renuncia indeclinable a la vicepresidencia de la República, a efectos de que una nueva elección consagre la voluntad auténtica del pueblo argentino.”
La Asamblea Legislativa, con la presencia de 53 senadores y 183 diputados, aceptó las dos renuncias.

El país se encontraba ante una situación inédita. A menos de dos meses de haber asumido sus cargos, Cámpora y Solano Lima producían una situación de acefalía. Entre la población había consenso para que el general Perón asumiera la presidencia de la Nación. Pero el modo en que se produjeron los hechos, hacía dudar si hubo una renuncia voluntaria, una destitución o un golpe institucional.

Perón y Raúl Lastiri, presidente de la Cámara de Diputados, desde la residencia de Gaspar Campos, se dirigieron al pueblo, para agradecer el gesto del presidente y vice salientes. Perón señaló que “han dado al país el ejemplo más preclaro y más honroso”. También resaltó que hombres así “enorgullecen a las organizaciones políticas donde nacen estos gestos de grandeza individual y personal que son todo un ejemplo para la ciudadanía argentina.”

Tanto los textos de las renuncias, como los agradecimientos de Perón y Lastiri, hacen suponer que todo estuvo previamente concertado.



Homenaje de Cristina Fernández de Kirchner a Héctor Cámpora (año 2008)


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