domingo, 17 de junio de 2012

A la memoria de Martín Miguel de Güemes, Padre de los Pobres

Hoy se cumple un nuevo aniversario de la muerte de Martin Miguel de Güemes, "Padre de los Pobres", líder de la guerra gaucha independentista.
191 años después su destacado papel en nuestra Independencia descansa en el olvido de gran parte de los argentinos. Y esto no es casualidad, pues los mismos oligarcas que lo dejaron solo mientras luchaba junto a sus infernales por nuestra independencia, y que luego se aliaron con los realistas para intentar mediante las más sucias maniobras quitarlo del medio, fueron los mismos que utilizaron todos los medios a su alcance para intentar borrar su recuerdo de nuestra historia.
Por estas razones decidimos homenajearlo con la esperanza de dar a conocer su lucha y su causa, convencidos de la necesidad de reivindicarlo y darle el reconocimiento que merece como patriota revolucionario de la causa americana.


SUS INICIOS..
Martín Miguel de Güemes, nació en Salta el 8 de febrero de 1785.  A los catorce años ingresó a la carrera militar y participó en la defensa de Buenos Aires durante las invasiones inglesas como edecán de Santiago de Liniers. En esas circunstancias fue protagonista de un hecho insólito: la captura de un barco por una fuerza de caballería. Una violenta bajante del Río de la Plata había dejado varado al buque inglés "Justine" y el jefe de la defensa, Santiago de Liniers ordenó atacar el barco a un grupo de jinetes al mando de Martín Güemes.

Tras la Revolución de Mayo, se incorporó al ejército patriota destinado al Alto Perú y formó parte de las tropas victoriosas en Suipacha. Regresó a Buenos Aires y colaboró en el sitio de Montevideo.

Pero Güemes no olvidaba su Salta natal, a la que volverá definitivamente en 1815. Gracias a su experiencia militar, pudo ponerse al frente de la resistencia a los realistas, organizando al pueblo de Salta y militarizando la provincia. El 15 de mayo de 1815 fue electo como gobernador de su provincia, cargo que ejercerá hasta 1820.

Desde 1814 Güemes se había puesto al frente de una partida cada vez más nutrida de gauchos guerrilleros que les hacía la vida imposible a los invasores.
Por esos tiempos, la estrategia española era el saqueo, el robo, el asesinato en masa. Indignado por lo que vió y orgulloso de la acción de los hombres de Guemes, el general José de San Martín aprobó lo actuado y ratificó los beneficios de su táctica guerrillera.
El 3 de agosto de 1814 las tropas al mando de Güemes obligaron al jefe realista Joaquín de la Pezuela a evacuar Salta y ponerse en retirada hacia el Alto Perú. En su desesperación, los invasores fueron abandonando su parque, que fue capturado por los gauchos conocidos como "los infernales", no sólo por el color rojo de sus ponchos.

El 14 de abril de 1815 lograron madrugar al ejército enemigo y derrotarlo en el Puesto del Marqués. El saldo fue desparejo: los invasores sufrieron 120 muertos y 122 prisioneros; los nuestros, dos heridos.


El triunfo de Puesto del Marqués aumentó el prestigio de Güemes en Salta. El 6 de mayo de aquel año, el Cabildo local lo designó gobernador de la provincia. Gracias a su experiencia militar, se puso al frente de la resistencia a los realistas, organizando al pueblo de Salta y militarizando la provincia para frenar a los ejércitos del rey.

Pronto comprendió que tendría que arreglárselas solo para cumplirle al único jefe que reconocía: don José de San Martín, quien tendrá permanentes expresiones de elogio y gratitud para con Güemes y sus gauchos. Su vital tarea de contención y distracción de las tropas españolas resultó imprescindible para encarar el cruce de los Andes y desarrollar con éxito la campaña libertadora.

El ejército infernal se ponía en marcha. No había leva forzosa, todos eran voluntarios. Todo un pueblo en armas. Machetes, lanzas, azadas, boleadoras y unos pocos fusiles y carabinas eran las armas de aquel pueblo que aprendía junto a su jefe que estaban solos para enfrentar al ejército que acababa de vencer a Napoleón.

El médico personal de Manuel Belgrano describía de la siguiente manera a Don Miguel y a sus infernales:
Durante las sesiones el Congreso de Tucumán en una proclama del 6 de agosto de 1816, Güemes se declaró abiertamente partidario de la propuesta de Belgrano de restaurar la dinastía de los incas:
En esa misma proclama instaba a sus gauchos a prestar juramento a la Declaración de la Independencia en estos términos:

La guerra gaucha de guerrillas
Para comprender mejor de que se trataba la guerra gaucha de guerrillas reproducimos los siguientes testimonios de la época de los más diversos autores:
Toda esta guerra popular y prolongada se hacía gracias al esfuerzo del pueblo salteño. Las penurias que pasaba Güemes con sus pobres gauchos eran incontables. Enterado de esta situación el capitán español Pedro Antonio Olañeta fue comisionado por el virrey del Perú para sobornar a Güemes, quien lo paró en seco:
A principios de 1817, Güemes fue informado sobre los planes del Mariscal de la Serna de realizar una gran invasión sobre Salta. Se trataba de una fuerza de 3.500 hombres integrada por los batallones Gerona, Húsares de Fernando VII y Dragones de la Unión. Eran veteranos vencedores de Napoleón. Güemes puso a la provincia en pie de guerra. Organizó un verdadero ejército popular en partidas de no más de veinte hombres.
El 1º de marzo de 1817, Güemes logró recuperar Humahuaca y se dispuso a esperar la invasión. Los realistas acamparon en las cercanías. Habían recibido refuerzos y ya sumaban 5.400. La estrategia de Güemes será una aparente retirada con tierra arrasada, pero con un permanente hostigamiento al enemigo con tácticas guerrilleras. En estas condiciones las fuerzas de La Serna llegaron a Salta el 16 de abril de 1817. El boicot de la población salteña fue absoluto y las tropas sufrieron permanentes ataques relámpago. El general español comenzó a preocuparse y sus tropas empezaron a desmoralizarse. No lo ayudaron las noticias que llegaron desde Chile confirmando la victoria de San Martín en Chacabuco. De la Serna decidió emprender la retirada hacia el Alto Perú.

El 25 de mayo, Güemes pudo comunicarle con orgullo a Belgrano que:
En marzo de 1819, se produjo una nueva invasión realista. Güemes se preparaba nuevamente a resistir. Sabía que no podía contar con el apoyo porteño: su viejo rival José Rondeau era el nuevo Director Supremo de las Provincias Unidas. La prioridad de Rondeau no era la guerra por la independencia sino terminar con el modelo artiguista en la Banda Oriental, que proponía federalismo y reparto de tierras. El nuevo director llegó a ordenarle a San Martín abandonar su campaña libertadora hacia el Perú y regresar a Buenos Aires con su ejército para reprimir a los federales. San Martín desobedeció y aclaró que nunca desenvainaría su espada para reprimir a sus compatriotas.

El panorama de la provincia de Salta era desolador. La guerra, permanente, los campos arrasados y la interrupción del comercio con el Alto Perú habían dejado a la provincia en la miseria.

En 1820, la lucha entre las fuerzas directoriales y los caudillos del Litoral llegó a su punto culminante con la victoria de los federales en Cepeda. Caían las autoridades nacionales y comenzaba una prolongada guerra civil. En ese marco, se produjo una nueva invasión española. En febrero, el general Canterac ocupó Jujuy y a fines de mayo logró tomar la ciudad de Salta. San Martín, desde Chile, nombró a Güemes y le pidió que resistiera y le reiteró su absoluta confianza nombrándolo Jefe del Ejército de Observación sobre el Perú. A Canterac no le irá mejor que a La Serna: terminará retirándose hacia al Norte.

El año 1821, fue sumamente duro para Güemes porque a la amenaza de un nuevo ataque español se sumaron los problemas derivados de la guerra civil. Güemes debía atender dos frentes militares: al Norte, los españoles; al Sur, el gobernador de Tucumán, Bernabé Aráoz que, aliado a los terratenientes salteños, hostigaba permanentemente a Güemes, que será derrotado el 3 de abril de 1821. El Cabildo de Salta, dominado por los sectores conservadores, aprovechó la ocasión para deponer a Güemes de su cargo de gobernador.

Güemes conocía perfectamente a los "nuevos patriotas" y unos años atrás ya los había definido como nadie en una proclama:
Cuando el 31 de mayo de 1821 Güemes llegó a la entrada de la ciudad, la gente pobre, sus gauchos, fueron abandonando sus labores y comenzaron a seguirlo y lo llevaron en triunfo hasta la plaza principal donde recuperó el poder. Todos esperaban graves represalias, pero éstas se limitaron a aumentar los empréstitos forzosos a sus adversarios.

Estas divisiones internas debilitaron el poder de Güemes y facilitaron la penetración española en territorio norteño. Los sectores poderosos de Salta no dudaron en ofrecer su colaboración el enemigo para eliminar a Güemes.

El coronel salteño a las órdenes del ejército español José María Valdés, alias "Barbarucho", buen conocedor del terreno, avanzó con sus hombres y ocupó Salta el 7 de junio de 1821. Valdés contó con el apoyo de los terratenientes salteños, a los que les garantizó el respeto a sus propiedades.

SUS ÚLTIMOS DÍAS
Güemes estaba refugiado en casa de su hermana Magdalena Güemes de Tejada, "Macacha". Al escuchar unos disparos, decidió escapar a caballo pero, en la huída, recibió un balazo en la espalda. Llegó gravemente herido a su campamento de Chamical con la intención de preparar la novena defensa de Salta.

Así lo cuenta su lugarteniente, Jorge Enrique Vidt:
Durante sus últimos días de vida reunió a sus oficiales y les transfirió el mando y dio las últimas indicaciones:

"Coronel Vidt, ¡tome usted el mando de las tropas y marche inmediatamente a poner sitio a la ciudad y no me descanse hasta no arrojar fuera de la Patria al enemigo!"

El 17 de junio de 1821 los pobres de Salta y sus alrededores se quedaron sin padre. Moría Martín Miguel de Güemes. Todo aquel pueblo que lo había acompañado en las buenas y en las malas, concurrió en masa a su entierro en la Capilla de Chamical.

El 22 de julio el pueblo de Salta le brindó el mejor homenaje al jefe de la guerra gaucha: liderados por el coronel José Antonio Fernández Cornejo, los gauchos de Güemes derrotaron a "Barbarucho" Valdés y recuperaron la ciudad de Salta expulsando definitivamente a los realistas del Norte Argentino.

"Hace Ud. muy bien en reírse de los doctores; sus vocinglerías se las lleva el viento. Mis afanes y desvelos no tienen más objeto que el bien general y en esta inteligencia no hago caso de todos esos malvados que tratan de dividirnos. Así pues, trabajemos con empeño y tesón, que si las generaciones presentes nos son ingratas, las futuras venerarán nuestra memoria, que es la recompensa que deben esperar los patriotas." 
Manuel Belgrano

(Monumento a  Güemes, Salta)


*Textos adaptados del trabajo de Felipe Pigna en "elhistoriador.com", "lo pasado pensado radio" y "mitos de la historia argentina tomo 1".

1 comentario:

  1. el día de hoy se ha revindicado la imagen del padre de los pobres.dando lugar a un homenaje como él se lo merece. al considerar fecha patria el aniversario de la muerte de nuestro héroe, que defendió la frontera a pesar de las mezquindades oligarcas. soy salteño y orgulloso viva la patria viva nuestro general Martín Miguel

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