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miércoles, 3 de octubre de 2012

Chávez: tu victoria será nuestra victoria


Las prontas elecciones en Venezuela son una buena excusa para realizar un balance de los resultados económicos de los gobiernos de Hugo Chávez. La revolución bolivariana constituye un rico experimento de transformaciones sociales a contracorriente de un mundo signado por el avance del capitalismo financiero sobre los derechos sociales y económicos de las mayorías. Entre expropiaciones, presupuestos participativos, emprendimientos cooperativos, grandes obras de infraestructura y transporte y acuerdos internacionales que fomentan la unidad latinoamericana y desafían al imperialismo de las potencias, la sociedad venezolana se ha transformado profundamente. En esta breve nota presentaremos algunos datos de los resultados alcanzados por una gestión económica que se propuso construir el socialismo.

Desde la recuperación del manejo de PDVSA en el marco de un paro y lock out petrolero y general que produjo una brutal contracción del producto interno en el año 2002-3, pasando a un período de tasas de crecimiento promedio del 15 por ciento anual entre 2004 y 2007, hasta el último tramo de vicisitudes frente a un contexto de crisis internacional, la economía venezolana atravesó diferentes etapas. Sin embargo, se impone como tendencia una serie de transformaciones estructurales. 

El cambio de paradigma desde una economía donde la exportación de petróleo derramaba en el consumo minoritario de una pequeña oligarquía hacia una expansión del consumo de masas se refleja en la creciente participación del consumo y la inversión en el producto interno. El consumo público y privado crece un 91 por ciento durante la era Chávez, pasando a representar el 88 por ciento del producto interno en 2011 (22 puntos porcentuales más que en 1999, medidos a precios constantes de 1997). La inversión en capital fijo creció un 80 por ciento en el mismo período, alcanzando a representar casi el 30 por ciento del producto interno (si se suma la acumulación de existencias, Venezuela invierte casi el 40 por ciento de sus ingresos internos). Un elemento a destacar es que el crecimiento del 47 por ciento de la actividad económica entre 1999 y 2011 se debe exclusivamente a las actividades no petroleras (la actividad del sector petróleo decreció un 13 por ciento en ese período, medida a precios constantes). Más de un tercio del crecimiento lo explican las manufacturas, la construcción y las comunicaciones. 

La expansión de la producción y el consumo bajo los gobiernos bolivarianos generó un fuerte incremento de las importaciones (se incrementaron cuatro veces más rápido que la producción durante el período chavista, alcanzando una magnitud equivalente al 42 por ciento del PIB) que fueron financiadas por las exportaciones de petróleo. Estas alcanzaron los 88 mil millones de dólares en 2011, un 427 por ciento más que las de 1999 cuando el precio del crudo alcanzaba uno de sus pisos históricos (contexto en el que se privatizaba YPF en Argentina). Las exportaciones de hidrocarburos permitieron que entre 2011 y 1999 se dupliquen las reservas internacionales, se elimine la deuda externa, se sostengan fuertes préstamos a países de la región, todo ello en un contexto en que, pese a los controles cambiarios, la fuga de capitales de los sectores empresariales y medios representó la pérdida de unos 9700 millones de dólares anuales promedio. 

El incremento en la actividad permitió crear unos tres millones y medio de empleos durante los 13 años y medio de gobierno bolivariano disminuyendo en seis puntos porcentuales la tasa de desempleo. El incremento del empleo junto con las políticas públicas redistributivas sacaron de la pobreza y la indigencia a millones de venezolanos. Medida por ingreso, el 50 por ciento de la población era pobre y el 20 por ciento indigente en 1999. En 2011, la pobreza cubría al 31,6 por ciento de los venezolanos y la indigencia al 8,5 por ciento. La más equitativa distribución de los ingresos durante los gobiernos de Chávez es evidente: mientras que en 1999 el 20 por ciento más rico de la población ganaba 14 veces los ingresos del 20 por ciento más pobre, esa diferencia se había reducido ocho veces en el año 2011.

La mejora en las condiciones de vida de la mayoría de los venezolanos se refleja también en el incremento de la población con acceso a agua potable, que se incrementó un 15 por ciento entre 1999 y 2011 hasta cubrir al 95 por ciento de los hogares. La reinserción en el sistema escolar primario de casi 20.000 niños en el mismo período y la reducción del 5 por ciento de los hogares sin acceso a los servicios básicos son otras muestras de los cambios producidos. Respecto de los servicios de salud, la misión Barrio Adentro implicó la instalación en los barrios más humildes del país de 6700 consultorios, 550 centros de diagnóstico, 578 salas de rehabilitación y 33 centros de alta tecnología. Los resultados se reflejan en las estadísticas: entre 1999 y el 2011, la esperanza de vida se incrementó en 2 años, la mortalidad infantil de los menores de 5 años se redujo del 21 al 16 por mil y la desnutrición bajó del 5,3 al 2,9 por ciento. A la vista de esas cifras que dan cuenta de la importante mejora en las condiciones de vida de los venezolanos en el marco de la revolución bolivariana, se comprende la amplia base de apoyo social a un nuevo mandato con que cuenta el presidente Hugo Chávez*.
El exmandatario de Brasil y creador del Foro de Sao Paulo, Luiz Inácio "Lula" Da Silva, reconoció el crecimiento de esta organización de izquierda nacida en 1990, gracias al apoyo del gobierno de Hugo Chávez, en Venezuela, donde el pueblo ha logrado "conquistas extraordinarias" que deben ser preservadas. "Bajo el liderazgo de Hugo Chávez el pueblo venezolano tuvo conquistas extraordinarias. Las clases populares jamás fueron tratadas con tanto respeto, cariño y dignidad. Estas conquistas necesitan ser preservadas y consolidadas", dijo Da Silva. 





miércoles, 23 de noviembre de 2011

Día de la Gratuidad de la Enseñanza Universitaria

Ayer se cumplieron 62 años de la decisión tomada por el presidente Perón el 22 de noviembre de 1949 a través del Decreto 29.337 por el cual se suprimieron todos los aranceles universitarios.


Este decreto fue ocultado y desconocido por la mayoría de los académicos, intelectuales y estudiantes durante casi 5 décadas. Recién hace cuatro años fue sancionada la ley que declara el 22 de noviembre como Día de la Gratuidad de la Enseñanza Universitaria (un logro de la juventud Universitaria).

Perón fundamenta su decisión en que es una medida de buen gobierno, ya que “el Estado debe prestar todo su apoyo a los jóvenes estudiantes que aspiren a contribuir al bienestar y prosperidad de la Nación suprimiendo todo obstáculo que les impida o trabe el cumplimiento de tan notable como legítima vocación”. Ello colaborará para él, al engrandecimiento y auténtico progreso del pueblo que estriba en gran parte en el grado de cultura que alcanza cada uno de los miembros que la componen.

El General decía meses antes de promulgar la Ley en el discurso por el Día de la Bandera:

“…en cumplimiento a los deseos de Belgrano de destinar la recompensa en dinero que le acordara al prócer el Gobierno, invirtiendo los fondos necesarios para construir una escuela, como él lo dispusiera, en la ciudad de Tarija.

Interpretando sus ideas y sentimientos que lo impulsaron a destinar sus bienes y recompensas para construir escuelas en la rudimentaria comunidad argentina de su tiempo, deseo anunciar que desde hoy quedan suprimidos los actuales aranceles universitarios en forma tal que la enseñanza sea absolutamente gratuita y al alcance de todos los jóvenes argentinos que anhelan instruirse para el bien del país. Para honrar a los héroes nada mejor que imitarlos”.

Los principios fundamentales de la Ley 26.320 de la Revolucionaria Constitución del 49

  • Que el engrandecimiento y auténtico progreso de un pueblo estriba en gran parte en el grado de cultura que alcanza cada uno de los miembros que lo componen.
  • Que por ello debe ser primordial preocupación del Estado disponer de todos los medios a su alcance para cimentar las bases del saber, fomentando las ciencias, las artes y la técnica en todas sus manifestaciones.
  • Que atendiendo al espíritu y a la letra de la nueva Constitución es función social del Estado amparar la enseñanza universitaria a fin de que los jóvenes capaces y meritorios encaucen sus actividades siguiendo los impulsos de sus naturales aptitudes, en su propio beneficio y en el de la Nación misma.
  • Que como medida de buen Gobierno, el Estado debe prestar todo su apoyo a los jóvenes estudiantes que aspiren a contribuir al bienestar y prosperidad de la Nación, suprimiendo todo obstáculo que les impida o trabe el cumplimiento de tan notable como legítima vocación.