martes, 13 de noviembre de 2012

Camino de 7D: Juicio Ético y Político al grupo Clarín


En el Juicio Ético y Político al Grupo Clarín, convocado por la Asociación Madres de Plaza de Mayo el 22 de diciembre de 2011, Hamartia participó como querellante de Cablevisión-Fibertel. La presente nota recoge parte de la investigación que realizamos para el Juicio. En la web está disponible el video de nuestra querella.

¿Por qué tanto ensañamiento con Clarín? ¿Acaso es el único monopolio? Claro que no. Podríamos dar el ejemplo de las telefónicas, que la levantaron en pala no sólo acá sino en todo el mundo. Clarín tiene 267 medios de comunicación y el origen de ese poder nos remonta a una historia para nada feliz. No vamos a meternos ahora con la historia de Papel Prensa. Todos sabemos por qué y de qué manera Ernestina y Horacio se quedaron con el monopolio del papel, con el privilegio de ponerle precio a las palabras. El grupo creció, nunca dejó de hacerlo. Tras la crisis del 2001, mientras todos quedaron patas arriba Clarín cayó mejor parado que nunca. Invertir lo que no tenía, endeudarse con bonos a 20 años para ingresar al negocio del cable. Pero cómo, ¿tanto se puede ganar con un cableado de fibra óptica? Hamartia te cuenta por qué todavía Clarín es el dueño la pelota.

Todo grupo económico es predador por naturaleza, y en la medida de sus posibilidades perseguirá el beneficio propio por sobre el social. Esto es una obviedad. El monopolio de las telefónicas es producto de las privatizaciones de Menem, el poderío que hoy les da el tendido del cable, los hace monopólicos. Es cierto. De hecho ésta es la razón por la cual Clarín comienza su negocio en el cable. Siempre supo que no era posible competir con las telefónicas sin tener red propia. Clarín y Telefónica, compiten en el negocio de internet. Clarín ya tenía distintas empresas relacionadas con el negocio de internet pero todas tenían que pasar por la red de las telefónicas (Fullzero, Ciudad, etc). En 1995, antes que empezara el boom de internet, PRIMA (Primera Red Interactiva de Medios Argentinos), que posee la licencia para brindar el servicio de internet para empresas, se convierte en S.A. por un monto de 12 mil pesos. El presidente de esta empresa es Héctor Magnetto. En 1998, PRIMA fue adquirida por el Grupo Clarín.

Una de las rivalidades entre Telefónica y Clarín es el negocio del Triple Play, muy explotado en Europa pero aún inexistente en Argentina: el sueño de dar televisión, internet y teléfono por un mismo cable. Las dos han cruzado ese límite en reiteradas oportunidades. Telefónica tuvo su empresa de cable llamada Fincable que después vendió. Clarín lo mismo, llegó a manejar el 20% de CTI (compañía telefónica del interior) que finalmente tuvo que vender en medio de la crisis del 2001 para bajar sus deudas. Si bien Clarín a partir de la resolución 146/09 tiene acceso a la venta de telefonía IP, todavía faltan reglamentaciones para que pueda ser aprobado. A su vez el negocio del cable está prohibido legalmente para las telefónicas por eso venden Speedy con DirectTV. Pero Clarín tiene algo que Telefónica no: 267 medios. Su capacidad de instalar un producto en el mercado lo hace el grupo económico más poderoso de la Argentina. Si Papel Prensa es el origen oscuro y perverso de esta sociedad y los 267 medios son la herramienta que les da un poderío tal que los posiciona como la principal fuerza opositora a este gobierno.

Menemismo, los primeros multimedios


El primer paso para la creación de multimedios en la Argentina lo da el menemismo con la llamada Ley de Reforma del Estado. “Nada que deba ser estatal permanecerá en manos del Estado”, bien lo definió Roberto Dromi, en ese entonces ministro de obras públicas. Se privatizaron las principales empresas estatales y entre ellas los canales de aire. El dato importante es que en su art. 65 solicita la modificación del art. 45 de la ley 22.285 de radiodifusión de la dictadura para permitir a un medio gráfico tener un canal de televisión. Meses después de reglamentada la ley, a través de la empresa Artear S.A. propiedad de la señora Ernestina De Noble, Clarín compra Canal 13. Lo mismo hacen los Vigil (Editorial Atlántida) que se quedan con Canal 11. En 1991 se firma con los EEUU el Tratado de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones. Si bien la Ley de Radiodifusión prohibía el ingreso de capitales extranjeros en ese sector, con el Pacto de Olivos se incorporan los tratados internacionales a la Constitución Nacional y se les otorga jerarquía supra legal. 

El principal grupo económico hacia fines de los ‘90 era el CEI, uno de los beneficiados con la privatización de Entel, y para ese momento tenía 12 canales de cable, superando tres veces lo permitido. Antes de terminar su mandato, Menem firmó el decreto 1005/99. Este decreto elevó la posibilidad de tener 4 licencias de televisión a 24. Clarín era el único con posibilidades de impugnar esta maniobra, ya que era una empresa de capitales nacionales y que mantenía en cierta legalidad su posición en el mercado (un canal, una FM, una AM). Pero no hizo nada al respecto porque este decreto lo favorecía doblemente. En su artículo 1ero modificaba el art. 5 de Ley de radiodifusión anulando una deuda con el COMFER de miles de dólares. Y por qué no, también a Clarín le tentaba la posibilidad de tener más canales.

El negocio del cable

Para la Ley de Radiodifusión de la dictadura, votada en 1980, el cable era denominado “servicio complementario”. En un primer momento el negocio era simplemente de distribución. En 1985 las empresas eran: Cablevisión con 18 mil abonados, VCC con 25 mil abonados y en el interior había unas 40 empresas de cable que sumaban 100 mil abonados. Ya para 1992 los números habían cambiado. Clarín ingresó al mercado de la televisión por cable al adquirir el 25% de Multicanal. Al principio compartió su capital con Telefónica y el CEI. Para 1995 ya tenía el 100% de las acciones.

Ante la apertura generada en los ‘90 a los capitales extranjeros, Clarín tenía dos opciones: o se asociaba vendiendo acciones y se subordinaba a alguno de ellos, o salía a competir de igual a igual. Clarín se decidió a lo segundo y compró unas 120 empresas de cable en todo el país. Para ello, colocó bonos de Multicanal en EEUU contrayendo deuda, con asesoramiento de la compañía inversora Goldman Sachs con sede en Nueva York. Gracias a los grandes estándares que le otorgaron calificadoras como Standard & Poors (propiedad de Goldman Sachs) Multicanal tomó deuda en una primera etapa por 600 millones de dólares (terminó emitiendo más de 1200 millones). ¿Cómo se explica que dos años antes de la crisis del 2001, una empresa argentina consiguiera bonos a 20 años? Fue porque gracias a Goldman Sachs, Standard & Poors calificó sus bonos como de alto rendimiento, el único de este rango en toda América Latina. Pero habría algo a cambio: el 29 de diciembre de 1999 Clarín informó en su diario que la compañía Goldman Sachs pasaba a ser dueño del 18% del Grupo por un valor de 500 millones de dólares.

Con esa deuda que Clarín y Golmand Sachs colocaron en el exterior, Multicanal creció. Compraron a sus competidoras, les sacaron los clientes con el monopolio del fútbol y las obligaron a vender. La maniobra podría describirse de la siguiente manera: llegaban a una ciudad y le cedían los derechos de televisación del fútbol a una de las empresas de cable local, llamémosla empresa A. De este modo, los clientes se mudaban desde el resto de las compañías de cable hacia la empresa A. Así llevan a la quiebra a las otras empresas de cable. Clarín entraba entonces por segunda vez. Compraba a muy bajo costo las empresas quebradas y luego le quitaba los derechos del fútbol a la empresa A. Ofrecían el fútbol con sus nuevas empresas recién adquiridas y repitían la maniobra para fundir a la empresa A, completando el círculo donde Multicanal empezó con nada y terminó con todo.

La “crisis”causó dos nuevas muertes

Las consecuencias del endeudamiento no se harían esperar. La continua depresión económica y la abultada deuda hicieron que Clarín entrara en concurso preventivo de acreedores. La imposibilidad de hacer frente a las obligaciones financieras después de la caída de la convertibilidad dejaba la puerta abierta para que los acreedores se quedaran con los activos de las empresas deudoras como Clarín. La deuda de multicanal era de 526 millones de dólares, la mitad de la deuda total del grupo. El hecho de que sus deudas sean en dólares y sus ingresos en pesos los dejó en una situación de extrema debilidad financiera.

La batalla era contrarreloj. Las medidas se tomaban mientras regía la feria judicial. Ni bien abrieron los tribunales, se presentaron los primeros acreedores para pedir la quiebra de Multicanal. Héctor Magnetto, CEO de Clarín y vicepresidente de AEA (Asociación de empresarios Argentinos) llevó a cabo las negociaciones con el gobierno de Duhalde, que según palabras de Gabriel Mariotto fue en términos muy concretos: “La tapa del domingo puede venir con nafta o puede venir con agua”. El grupo Clarín para el 2001 era el quinto holding nacional. Ese año facturó 1400 millones de dólares. El 6 de enero del 2001 se sanciona la Ley de Emergencia Pública que deroga la convertibilidad y pesifica los ahorros en dólares. Clarín tenía interés en que esta ley eliminara la figura de Cram Down que permitía a los acreedores hacerse cargo de la empresa mientras durara el concurso. La ley no lo modificó pero suspendió por 180 días los pedidos de quiebras iniciados por los acreedores. Un respiro que les daba tiempo, pero no solucionaba el problema para Clarín. El 4 de febrero con el decreto 214/2 Duhalde pesifica la deuda en dólares de las empresas privadas contraídas con el Estado. Esta disposición legal le permitió al holding Clarín la licuación de pasivos con la banca local por un monto de 56.800.000 millones de dólares. En abril de ese mismo año se firmó el decreto 318/2 donde se eliminaba la figura de Cram Down de la ley de Concursos y quiebras, lo que tanto necesitaba Clarín. Y el 18 de junio del 2003, ya en gobierno de Kirchner, se aprueba la Ley de Patrimonio Cultural que establece que “la propiedad de los medios de comunicación debe ser de empresas nacionales, permitiéndose la participación de empresas extranjeras hasta un máximo del 30% del capital accionario”. Con las leyes a su favor, Clarín estructuró el pago de su deuda a su conveniencia.

La compra de Cablevisión

Hasta el 2005 Clarín fue Multicanal, pero ese mismo año compró el 25% de Cablevisión. De esta manera se volvió parte de su principal competidora. La composición accionaria de Cablevisión pertenecía en un 50 % a Hicks, Muse, Tate & Furst Inc y el otro 50% a Fintech Advisory Inc., ambas de capitales norteamericanos. Fintech le vendió a Clarín la mitad de su paquete, es decir el 25% del total de la empresa. La nueva composición quedaba entonces 50% de Hicks, 25% de Fintech y 25% de Clarín. En el 2006 Clarín aumentó su participación en Cablevisión. Entre Clarín y Fintech compraron las acciones de Hicks, Muse, Tate & Furst. A su vez y en el mismo acto la empresa Cablevisión adquirió el 98,54% de las acciones de Multicanal y el 100% de PRIMA. A partir de la fusión de las dos empresas de cable principales, Clarín se quedó con el 60% y Fintech con el 40%. 

Ellos se compran, ellos se venden. Clarín además era dueño del 20% de Supercanal, tercera empresa en el mercado y propiedad del grupo Vila. En su propia página Clarín explica la capacidad que les dio la unión de Cablevisión y Multicanal: “Del total de localidades en las que tienen presencia Cablevisión y Multicanal, que suman 160, en 27 coexisten ambas marcas. En el resto, tienen presencia una empresa o la otra”. De esta manera Clarín tiene el 47% negocio del cable. Su posición predominante, le permite poner los precios que se le antoje, algo que no podría hacer ninguna de sus competidoras, sin antes perder clientes. Cuando la Secretaría de Comercio Interior fijó para todos los cables un tope tarifario de $109 (resolución 36/11) Cablevisión aumentó a $147. Esa diferencia de $38, le dio a Cablevisión un excedente de 123 millones de pesos por mes. Hoy Cablevisión tiene una tarifa de 163 pesos mientras que el gobierno fijó el máximo en 116 pesos con la resolución 123/11. El COMFER que en ese entonces estaba bajo la tutela de Julio Bárbaro envió la nota Nº 693 con fecha 4 de diciembre de 2007. En la nota firmada aclaraba que se reservaba para sí la aprobación o no de las transferencias de acciones y licencias. Esto quedó pendiente hasta el 2009, cuando Gabriel Mariotto a través de la resolución 577 del COMFER, enunció que era inviable la aprobación de la operación comunicada por Cablevisión S.A. A su vez, esa resolución obligaba a Cablevisión a resolver su situación ilegal por tener múltiples licencias de operación por localidad, cuando lo permitido es tener sólo una. Detallaba el caso de Mar del Plata donde Cablevisión absorbió a VIDYCOM S.A., CODICABLE S.A., TEL CO S.A., VIDEOOMAR S.A. Y CABLEMUNDO S.A. algo que prohíbe hasta la ley de radiodifusión de la dictadura.

El otro organismo en expedirse fue la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. Con la disidencia de José Sbatella, la CNDC autorizó la fusión condicionada al estricto cumplimento de varias disposiciones. Humberto Guardia, vicepresidente de CNDC y vocal instructor en la causa Cablevisión-Multicanal, las detalla: “Nosotros autorizamos la fusión condicionada a un compromiso que incluía principalmente tres cosas: una inversión en infraestructura, un esquema según el cual se garantizaba que no podían aumentar la tarifa en ciertos lugares del conurbano e interior del país, y darle internet gratis a organismos públicos (escuelas, hospitales, colegios, comisarias). El compromiso es obligatorio, no es optativo”. Se cae de maduro que no cumplieron ninguno de estos compromisos. La fusión, entonces, no está autorizada. La estrategia de Clarín es la de construir la idea de que el compromiso es voluntario. Guardia es contundente: “El articulo 13 inc. a y b de defensa de la competencia hablan de autorizar y subordinar. Nosotros ponemos en nuestra resolución ’subordinado’. No hay opción. Vos tenés que cumplir con el acuerdo, sino lo cumplís no es que vamos para atrás nosotros, sino que nosotros te auditamos y decimos que no cumpliste. Hicimos una auditoría que tiene 900 páginas. En muchos lados dicen: primero se lo aprobaron y después fueron para atrás. No. Nosotros fuimos auditando lo que tenían que cumplir.”

El control de la grilla


La fusión Cablevisión-Multicanal permitió al Grupo Clarín controlar el 47% de los usuarios por cable. La superposición de licencias producto de la compra de cables del interior hizo de Cablevisión en muchos lugares la única voz. Por lo tanto las decisiones que toma respecto de su grilla, dada su posición monopólica en el rubro, son censura. Controlan qué se dice y que no. La Ley de Servicios Audiovisuales en cuanto a la ubicación de los canales en la grilla es clara (art. 65 inc. b.): “Deberán ordenar su grilla de programación de forma tal que todas las señales correspondientes al mismo género se encuentren ubicadas en forma correlativa”. El manejo de la ubicación de los canales no es ingenuo para Clarín. Al contrario de lo que dice la ley, alejan a la TV Pública de los canales de aire y ponen a TN entre Telefé y Canal 13, los dos canales de mayor audiencia, mientras que no quiere hacer ingresar canales que son públicos y gratuitos.


En actitud discriminatoria prohiben el acceso de los canales CN23, INCAA TV, PAKA PAKA a su grilla, aduciendo que son imposiciones del gobierno y que además no tienen espacio para incluir canales. Gabriel Mariotto desmintió esta acusación: “Esto es mentira porque las plataformas de distribución de cable están digitalizadas y pueden recibir más de 250 señales. Hay lugar para que nadie se quede afuera“. Aunque la compañía incorporó finalmente a la señal PAKA PAKA, lo hizo en el canal 80 y sólo para quienes tienen acceso al paquete Premium, que son poco más de 741 mil usuarios, cifra que representa sólo al 24,7% del total.


El caso del periodista misionero Marcelo Almada es otra muestra de la censura que ejerce Cablevisión. Después de cuatro años de su programa, Cablevisión le exigió en la cláusula 20 del nuevo contrato que “Ni el periodista, ni los invitados pueden criticar a Cablevisión ni a sus empresas controladas o controlantes, quedando a criterio exclusivo de Cablevisión si se cumple o no la cláusula”. Almada explica las razones de por qué Clarín tiene tanto poder: “Cablevisión compró las dos compañías de cable de Posadas. Las única posibilidad de hacer un programa con pretención de ser visto es comprarle el espacio a Cablevisión” .

Conclusiones:el manejo monopólico de la empresa

El grupo Clarín continúa evadiendo la ley haciendo gala de su impunidad y relaciones con sectores del poder judicial. Hay que implementar completamente la Ley de Medios para comenzar a limitar el poder omnímodo e impune que ostentan quienes durante décadas pusieron una pistola en la cabeza de la democracia argentina. Ese día, se habrá empezado a hacer justicia. A pesar del obstinado intento de los medios del grupo Clarín de ser visto como protagonista de la libertad de expresión, cada vez quedan menos dudas de su vinculación con los negociados más aberrantes de nuestra historia. Cada vez que se investiga sobre su origen o su desenvolvimiento actual queda claro que los medios son grupos económicos. Pablo Llonto le hace un comentario a los panelistas de 678: “Me sorprende el esfuerzo que hacen ustedes por tratar al grupo Clarín como un medio”. Se adueñaron de Papel Prensa sobre una mesa de tortura. Negociaron el control de la producción de papel a cambio del silencio de sus páginas. En esta historia los asesinos siguen sueltos y gozan de los beneficios de las riquezas generadas en circunstancias ilegales e ilegítimas. Como se dice vulgarmente, el ladrón siempre vuelve a la escena del crimen. Clarín lo hace con cada una de sus empresas.


Fibertel

Casi con la misma infraestructura que se presta el servicio de cable, se presta el servicio de Internet. La fusión de Cablevisión con Fibertel data de 2003. La licencia para brindar servicios de telecomunicaciones había sido otorgada a Fibertel, pero el 15 de enero de 2009, antes de que se aprobara la transferencia a favor de Cablevisión, Clarín disolvió esa sociedad en la Inspección General de Justicia (IGJ). A raíz de necesidades corporativas internas del grupo y eludiendo las normas legales existentes, Fibertel dejó de existir como persona jurídica y, mediante un acuerdo interno, el servicio de banda ancha lo pasó a prestar Cablevisión, informando de ello a la IGJ, organismo que no era el competente para autorizar el traspaso. De este modo, con una marca inexistente en el mercado y sin contar con la autorización correspondiente por parte de la Secretaría de Comunicaciones, la empresa siguió brindando el servicio. Todo esto terminó cuando el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, denunció la actitud ilícita por parte de Cablevisión y anunció la caducidad de la licencia de Fibertel a partir de la firma de la resolución 100/2010.

Eduardo Anguita

Lo que se concreta en la fusión Cablevisión-Multicanal en el 2007 arranca en los 90. Carlos Ávila era un pequeño empresario que hizo Torneos y Competencias y ve una veta. Consigue una pata con Clarín y obtiene la exclusividad de la trasmisión del fútbol con la AFA en el año 91. Empiezan a expandirse como dos grupos diferentes, por un lado estaba Eurnekian que tenía Cablevisión desde que el viejo tenía una empresa textil allá por el año 86-87. Cablevisión, que originalmente era una PyME pensada para una tecnología simplemente de distribución, empieza a convertirse en una empresa poderosa. Así empiezan los convenios entre EEUU, Argentina y España, convenios de reciprocidad que permitían tratar dinero que venía de esos países como si fueran inversiones argentinas, con reciprocidad. Total, no había ningún riesgo de que empresas argentinas se instalaran en Estados Unidos y España. Esa reciprocidad era una especie de burla. Cablevision empieza a expandirse hacia otros que venían acá con plata sucia. Acá llega un grupo llamado Hicks, Muse, Tate & Furst. Grupo inversor que después hace una operación intra negocio que lo convierte en Liberty Media, que se convierte en el principal accionista de Cablevisión. Esto tiene que ver con dinero que venía en negro de afuera pero sobre todo con dinero que salía sucio de la Argentina. El grupo Clarín empieza a extenderse haciendo lo que “el negro” Ávila hacía magistralmente, que era jugar de los dos lados del mostrador. Juega por un lado con el grupo Clarín, aparece Multicanal (que se había creado en el año 92) y empieza a crecer de la mano del fútbol. De ese modo crece Multicanal. Cablevisión crece de la misma manera. Ellos van con Liberty Media pagando el cable a precios absurdos. Sorprendentenmente llega diciembre del 2001. Sorprendentemente es entonces cuando el Grupo Clarín se posiciona muchísimo mas fuerte.


Victor Hugo Morales

En el ‘94, la AFA le cedió a Torneos y Competencias los derechos de televisación del fútbol y, a su vez, TyC le abrió la puerta del negocio al grupo Clarín, para estar protegido por la hegemonía mediática que el grupo tiene en el medio: se quedaron con todo. Primero estafaron al fútbol, nunca se supo la cantidad exacta de abonados. Se fueron quedando con todos los canales. Llegaron a tener alrededor de 284 en todo el país, le sacaron miles de millones de pesos de una manera directa por no pagar lo que correspondía, pero además le sacaron otro tanto usando al fútbol para obtener ese inmenso poder que le dieron todos los canales que tienen ahora. Y hablo de miles de millones porque ellos mismos dan el dato de cuánto se robaron en esa época. Quieren hacer un juicio por 2500 millones de pesos por lo que faltaba de contrato, que eran pocos años. Así que si multiplicamos por los años que el contrato estuvo vigente, son alrededor de 12 mil millones de pesos. Eso sí, todavía el juicio no empezó, porque ellos quieren litigar como indigentes, aunque les parezca mentira alegan que el hecho de que la AFA les quitara el fútbol los dejó sin una sola moneda.

¿Qué otra cosa ocurría en aquellos años de fútbol para pocos? El peor periodismo. Y, sobre todo, la posición dominante del grupo Clarín que empezó a darle protección a Julio Grondona, el hombre que les había entregado la llave del fútbol. De Grondona nunca se podía saber nada. Allanaban, lo investigaban, no salía una línea. Lo mismo que con Carlos Ávila que después se peleó con ellos, lo echaron de TyC, a él, al hombre que había inventado este muñeco espantoso del que ellos vivieron. ¿Y entonces que pasaba con los clubes? Los clubes adentro tenían que votar, Grondona necesitaba que esos dirigentes estén alineados con los intereses propios y los del grupo Clarín. Entonces no había controles. Por eso en el fútbol, hay instituciones que deben más de 200 millones de pesos. Se fueron fundiendo porque gastaban lo que querían, porque la AFA no los controlaba y ¿por qué no los controlaba la AFA? Para no enojar a los dirigentes, porque eran justamente ellos los que tenían que firmar cada dos o tres años un nuevo contrato de televisación. Era un código mafioso. Al amigo, al que firma, al que acuerda: protección. Si alguno se anima, pues inmediatamente irán sus periodistas de deportes, políticos, a investigar qué es lo que pasa en cada club. En 3 o 4 días desquiciaban a una institución. El que se animaba, terminaba perdiendo. Eso es mafia, como aquello de Al capone, decir “Vengo a ofrecerles protección”, por ejemplo una farmacia, “Pero yo no necesito protección”, “Pero la va a necesitar porque si usted no me paga, le voy a romper la farmacia”.

Desde el año 98 que vengo luchando con un cuchillo de madera contra este gigante, contra ese cáncer moral del país que es el grupo Clarín. Se han quedado con los contenidos de las productoras, con el servicio de internet, con la televisión por cable con posiciones absolutamente monopólicas, se han llevado por delante las cooperativas, los dirigentes, los clubes de fútbol, el derecho de la gente a ver lo que tenía para ver y por supuesto también, han conseguido amedrentar a todo periodismo que o les pertenece o si está en frente es objeto de todos los ataques que ellos puedan perpetrar. ¿Ustedes se acuerdan del tiempo en que se permitían transmitir mostrando sólo la tribuna en la televisión? Aquella ignominia era lo que le ofrecían a la gente cuando no podían ver el fútbol porque no tenían el codificado, le ponían la cámara frente a una tribuna mientras relataban el partido, ¿usted lo puede creer eso?
(Esta declaración se dio en el marco del Juicio Ético y Político al Grupo Clarín, donde Victor Hugo Morales participó como testigo general)




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